Durante mucho tiempo he escuchado decir sobre todo a
los más viejos que hay amores que matan, y aunque siempre dudé del enigmático
sentido de la frase, no fue hasta que apareció Etiam que comprendí el significado
en toda la amplitud.
Había conocido muchas formas y modo de profesar amor,
a la pareja, a los amigos, a las mascotas. También sabía de personas enamoradas
de la vida, del mar, de la naturaleza, pero llegar a querer a un cocodrilo:
¡nunca lo creí posible!