Ya está en la calle. Como pan caliente se ha
extendido entre la población matancera y me atrevo asegurar, si tenemos en
cuenta las estadísticas aportadas por los medios de comunicación masiva, que en
el resto de la Isla ha sido similar la adquisición.
Como buen síntoma de sabiduría popular e interés
por el futuro inmediato de la nación, muchos cubanos hicimos una ligera pausa
ante el ajetreo que implican las vacaciones para comprar, por el módico precio
de un peso, el Proyecto de Constitución de la República de Cuba.