jueves, 4 de septiembre de 2014

La autenticidad marca la diferencia




Cultivar la artesanía desde sus más recónditos encantos, asociada a lo utilitario, a lo bello,  lo auténtico,  lo cubano, a partir del empleo y conservación de sus variadas técnicas, algunas más ancestrales y rudimentarias, otras más contemporáneas, resulta todo un reto para los artesanos matanceros en el contexto cultural actual.

Marcar pautas en una época, contar la historia de una civilización, como tantas veces lo ha hecho una pieza, confirman la relevancia de esta manifestación, que ha trascendido en el tiempo como modo de expresión, utilidad y vida y que hoy con nuevas formas, hablan de su rol en la representación cultural de la nación y la idiosincrasia.
Fundado en 1978, el Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) responde al imperativo de promover y comercializar la obra de los creadores inscritos en el Registro Nacional del Creador. Con una imagen fresca y renovada, la Filial Matanzas, radicada en Varadero, apuesta por mantenerse en la preferencia del público nacional y foráneo.
Trabajar con eficiencia y productividad constituye sello distintivo del centro. Bien los sabe Candelaria Llanes Echavarría, secretaria del sindicato desde hace 26 años, quien asegura que “la constancia de sus trabajadores, el cumplimiento de sus planes técnico productivo” y ser una de las dependencias que más dividendos aporta a la Casa Matriz, así como alcanzar la excelencia en otros indicadores económicos hayan convertido a la Filial Matanzas en colectivo merecedor de la condición de Vanguardia Nacional por segundo año consecutivo.
A LA VANGUARDIA EN EL PAÍS
En la actualidad el FCBC comercializa con alrededor de mil  200 artistas, de ellos casi la mitad son artesanos y el resto artistas plásticos y de otras manifestaciones que laboran en el balneario de Varadero, ofertando sus producciones en las cinco ferias y en los puntos de venta de los hoteles.
Según explica Félix García Ruau, director de la Filial Matanzas del FCBC, “también contamos con personal prestando servicio en la Feria de la calle Dos de Mayo en Matanzas, en Bacunayagua y en la Península de Zapata”.
Además, disponen de dos talleres propios, uno de confecciones textiles que radica en la ciudad yumurina y cuyas producciones van dirigidas al turismo nacional e internacional y otro de cerámica que posee una tienda anexa. Encaminada  a comercializar y certificar la calidad de las obras artesanales y de las artes plásticas tenemos también una red de galerías y puntos de venta”, añade García Ruau.
Recientemente, como parte de los esfuerzos del FCBC por mejorar la imagen de sus recintos se desarrollaron un conjunto de inversiones, las mayores ejecutadas por la institución a nivel nacional. “Se reinauguró la feria Los Caneyes, en Varadero, para ello se destinó alrededor de un millón de pesos en ambas monedas”, manifiesta el directivo.
Entre las novedades que propone el espacio integrador de las Empresas Comercializadoras de la Cultura, figuran la inauguración del ÁlbumKafé de la EGREM, donde se comercializa discografía cubana, y la apertura del Buró de la Agencia de Viajes Paradiso.
RETOS, PROYECCIONES, ANHELOS…
Velar por la calidad y buen gusto en las producciones, alejadas de la banalidad que imponen ciertos cánones que amenazan con arraigarse en los cubanos y proponer ofertas con diseños atractivos y precios asequibles todavía resultan metas pendientes.
“Es fácil observar que no hay productos propios sobre todo en el caso de la artesanía, no así en las artes plásticas, respaldadas por un movimiento interno. Aquí por ejemplo se venden producciones de artistas de otras provincias, y viceversa, nosotros hemos tratado de dar tratamiento a la problemática sin lograrlo. En la plástica conseguimos que lo que entregamos no se parezcan a lo que quizás tienen otros mercados como el cuentapropista, pues las obras que se comercializan en la red son elaboradas por creadores miembros de las organizaciones artísticas y culturales cubanas, con un aval y una trayectoria certificada. En el caso de la artesanía lo tenemos pendiente.”
Para Omar Calistre, especialista del FCBC, resulta necesario “ir a lo auténtico, para marcar la diferencia, a aquello que hable de nuestra idiosincrasia o costumbres para poder mostrar realmente la cultura cubana. Por una parte se instauran patrones que a veces son difíciles de revertir, pero resulta imprescindible buscar lo mejor, que compita no solo en el diseño sino también con el precio, porque a veces el turismo adquiere no lo más creativo, sino lo barato y no siempre ambos elementos se corresponden”.
Jorge Alfonso García, director general del FCBC, reconoce la valía de esta Filial a la vez que invita a replantarse su razón de existir. “En la actualidad nosotros tenemos el reto de insernos en un espacio de actualización del modelo económico cubano y hay que renovar nuestras maneras de trabajar y acercarnos a los creadores, pues no somos la única opción, están los trabajadores por cuenta propia y las cooperativas no agropecuarias. Pienso que debemos signarnos por la calidad, porque si nos asociamos a la mediocridad los proyectos son efímeros. El Fondo tiene la responsabilidad de influir en el gusto estético de las personas, en ofrecer productos utilitarios y decorativos que contribuyan a ennoblecer el alma de los cubanos”.

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