Contar con una urbe pulcra y ordenada,
en la que los encantos naturales de la geografía, unidos a la estructura
neoclásica de la Atenas de Cuba, se fundan para regalar a visitantes y locales
una ciudad limpia y acogedora, ha sido sueño y reclamo de los yumurinos durante
años.
Sobre este tema y la urgencia de sistematizar la
recogida de desechos, colocar cestos, velar por la integridad de los
contenedores que se ubican e inculcarle a la población la necesidad de
colaborar con la higiene, nos hemos pronunciado en varias ocasiones.
Sin embargo, aun cuando los directivos de la
Dirección Municipal de Servicios Comunales, afirman que en la actualidad no
existen afectaciones en la recogida, un simple recorrido hacia el interior de
algunos de los principales barrios de la capital provincial e incluso, a zonas
alejadas de la periferia, no dejan una grata impresión.
BASURERO, BASURERO…
En la calle Las Mercedes entre San Luis y
Monserrate, en el consejo popular Pueblo Nuevo, la fetidez pone en alerta al
olfato. La vista va a parar a la esquina de la bodega, donde varios sacos, y
jabitas de nylon desordenadas deslucen la entrada.
“En estas cuadras no hay barrendero. El carro pasa
y limpia sobre las ocho de la noche, pero no siempre con eficiencia, ni todos
los días, a veces se lleva dos o tres bultos y lo demás lo deja. En la calzada
si higienizan bien, pero en las arterias interiores no”, explica Roniel
Rodríguez Pérez, residente en la zona.
“A ello también se suma que los vecinos no ayudan
y vierten la basura a deshora, tampoco se establecen tanques, ni contenedores
para garantizar el orden. En ocasiones los “buzos” riegan los desechos en busca
de latas. También pasan muchos caballos sin culeros y dejan sus excretas por
aquí. Es imposible convivir con tanta peste, mosca, mosquito y otros roedores
indeseables que entran para la bodega.
“Nadie multa las malas conductas, en muchas
ocasiones hemos solicitado colaborar para erradicarlas, pero no tenemos las
herramientas”, añade María Ofelia Abad Cerulia, presidenta del CDR.
Al parecer, en otros repartos como el Naranjal, el
panorama difiere un poco, aunque se observa acumulación de mugre en los
subviaderos Eduardo Domínguez Díaz asegura que “el carro va a los extremos y
recoge con frecuencia”. Mientras Aracelis Quintana Toledo, moradora de
Embarcadero entre Guachinango y San Fabián dice: “si bien antes venían a diario,
ahora no lo hacen con la misma frecuencia. La semana pasada si hubo
inestabilidad, pero por lo general es bastante regular. A veces se cometen
indisciplinas y acabado de pasar el camión se vierte”.
Sergio Martínez de Valdivielso, vecino del reparto
Camilo Cienfuegos arguye que la basura se acumula mucho, porque no se recoge
diario. Desde la Calle de Medio, el transeúnte Félix Gutiérrez Salas, explica
que “debe existir una preocupación estatal por ubicar cestos, para educar a la
población. He caminado varias cuadras y no he podido deshacerme de este
cucurucho de maní”.
RECOGER, ¿TRABAJO DE TODOS LOS DÍAS?
Según expone José Antonio Piedra Merino, director
municipal de Servicios Comunales, la recogida hoy en la cabecera es estable y
diaria, mientras que en los poblados de Mocha y Guanábana se mantiene un día sí
y otro no. “Siempre comienza a partir de las 10 de la noche, a otras zonas les
corresponde a las cinco de la mañana porque se emplean los mismos carros, y
solo tenemos como promedio entre nueve y 10 equipos trabajando, insuficientes
aun”.
“En el mes de julio existieron dificultades porque
se empezó a pasar en días alternos, debido a la reducción del combustible, pero
al presentarse problemas tuvimos que hacer un reajuste.
Entre las zonas más críticas se encuentran los
repartos Camilo y Naranjal Norte, barrios con subviaderos, lo cual retrasa la
labor, pues las carretas no poseen la capacidad para transportar de un solo
viaje la carga y se hace imprescindible dar varios.
"Pensamos que en los primeros días de
septiembre el servicio cubra la totalidad del municipio todos los días. Aunque
es bueno recalcar la disciplina social a la hora de sacar la basura, tarea que
debe hacerse a partir de las seis de la tarde porque si se efectúa antes las
bolsas permanecen en la calle y afecta el trabajo nuestro. También pedimos que
no se boten escombros para que no se creen microvertederos que afecten la
higiene”.
En cuanto a otro de los reclamos de los yumurinos:
la colocación de recipientes para verter, aclara el directivo que “no poseemos
tanques, ni cestos, estamos haciendo la gestión para adquirirlos, y ponerlos en
algunos puntos.Se hizo un trabajo previo en la Calle de Medio y se prevé la
distribución en el centro histórico, lo cual debe iniciarse en la primera quincena
del presente mes”.
Mientras las condiciones idóneas se crean para
garantizar la higiene citadina, urge a la población adquirir conciencia y
apoyar con acciones cotidianas la limpieza. Sacar la basura a su hora,
envolverla correctamente, no tirarla en lugares inhabilitados para ello ha de
ser tarea de todos. Otra cuota corresponde a los inspectores encargados de
multar a quienes incumplan. A fin de cuentas, resulta deber de todos preservar
el entorno.
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