martes, 26 de julio de 2016

¡Ya estoy en Facebook!


Pepito se casó. Mayito se fue del país. Nenita se graduó de Economía; y Susanita, la nieta de Cuca, tuvo jimaguas. Encontraron una nueva galaxia y salió el nuevo video de Beyonce. ¡Ah, ya estoy en Facebook!

Resulta tan fácil sucumbir antes sus encantos, que una vez dentro es casi imposible hacerla a un lado. Chismes, reencuentros, emociones compartidas, noticias, fotos de amigos, eventos y hasta uno que otro noviazgo se ha formalizado y dado a conocer a través de la red social.

No es difícil comprobar el gran “enganche” que provoca en los cubanos, sobre todo en las jóvenes generaciones. Solo un vistazo a cualquiera de los sitios Wifi de la ciudad lo confirmará. Una leve sonrisa, cara de asombro, tristeza, euforia… son algunos de los síntomas provocados por la concentración total en que suma, a quienes lo frecuentan, este “universo social ciberespacial”.

Y si usted es un novato en estas lides o nunca ha curioseado, ya sea por falta de tecnología, dinero, tiempo o interés, no comprenderá el éxtasis que invade a los facebookianos, o quizás sea inconsciente de lo que “se pierde” o no.
 

Aunque para la mayoría de los que utilizan Facebook, este resulta un invento nuevo, en realidad mostró sus tentáculos al mundo en 2006. Sin embargo, fue creado dos años antes, por Mark Zuckerberg, como una red social para los estudiantes de la Universidad de Harvard, la cual se hizo viral desde su lanzamiento, pues solo en el primer mes, más de la mitad de los universitarios se registró en ella, y a fines de año ya contaba con 1 000 000 de usuarios de otros centros docentes.

Su popularidad se ha incrementado y estadísticas de 2015 arrojaron que existen más de 1 500 millones de personas enlazadas.

¿Qué la hace tan genial? Facebook introdujo una nueva manera de conectar a la gente. La interacción y las actividades de la vida real son simuladas en el espacio virtual, de manera que es posible con solo un clic acceder a las últimas noticias, jugar, ver videos, escribir notas, compartir imágenes o estados de ánimo, comentar, chatear, encontrar amigos o familiares… En fin, una forma novedosa y entretenida de buscar y compartir información.

De igual manera, te permite conocer lo que sucede en tu país o en el mundo, además generar debates en torno a una idea y enviar datos a tus amigos. También es considerada una gran herramienta para vender productos o crear tu propia empresa, al mismo tiempo que posibilita la retroalimentación entre los clientes y sus suministradores.

Si bien Facebook pudiera parecer un verdadero paraíso ciberespacial ¡cuidado! porque todo aún no está dicho. La plataforma ha recibido grandes críticas con respecto a la privacidad de sus usuarios, las cuales se acrecentaron en 2013, al descubrirse que la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos y otras agencias de inteligencia vigilaban los perfiles de millones de personas y sus relaciones con conocidos y compañeros de trabajo.

Así quedaba registrado cada vez que un usuario ingresaba y salía de la página, transcripciones de chats eliminados, mensajes privados del muro y fotos, incluyendo los que habían sido excluidos por el autor.

También se conservan todos los “Me gusta” con geolocalización; las peticiones de amistad denegadas; las imágenes desechadas; la ubicación geográfica desde donde usaste la cuenta por última vez; los cambios que le hiciste a tu nombre, con fecha y hora; así como los números telefónicos de los celulares y las IPs de computadoras a través de las que accediste a Facebook.

Son datos aportados por los usuarios voluntariamente, a través de los cuales es posible conformar un perfil que permita saber información relevante sobre tu vida: quién eres, dónde estudiaste, en qué trabajas, lugar en que vives, lo que te gusta, cómo piensas, tu correo electrónico o número telefónico…

Ya estás en Facebook, así que no queda otra que disfrutar de sus múltiples ventajas, pero siempre con prudencia, recuerda que estás a solo un clic de mostrarle al mundo que haces y luego no habrá marcha atrás.


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