martes, 5 de abril de 2016

De la tarima a la mesa (+Fotos)



“Regularmente la placita está surtida, pero a veces escasean productos. La calidad se corresponde con los precios, pues se le hace una valoración a la mercancía y luego la sacan a un costo equivalente a su estado”, dice la yumurina María Rodríguez Santana, mientras espera su turno en la cola para adquirir los alimentos en el Mercado Agropecuario Estatal (Mae) El Oeste, de la calle de Manzano, en esta ciudad.

A pocos kilómetros de allí, en el Mae La campiña, Minerva Aguiar Montes de Oca explica: “Todavía no se ve la papa en las tarimas. Sin embargo, han bajado los precios en los establecimientos estatales, y por ejemplo el guagüí, que antes no se encontraba, ahora aparece con frecuencia y barato”.
Es martes en la mañana y la mayoría de los Mae que visitó nuestro equipo se encuentran surtidos, en relación con periodos anteriores; aunque es bien temprano y todavía no existe mucha demanda de la población, en los mostradores y tarimas pueden observarse viandas, frutas y ensaladas, estas dos últimas con menor presencia.
Desde hace poco más de un mes, se ejecutan acciones supervisadas por el Consejo de la Administración Provincial, para regular los precios y llevar hasta las conocidas placitas diversidad de producciones que satisfagan las necesidades de la población, medida que ha dado un vuelco al panorama existente en estos establecimientos, para acercar los alimentos a la mesa del cubano y frenar los excesivos costos que exigía el mercado no estatal en su oferta.
A raíz de estas disposiciones que adoptan prácticas para elevar la producción, establecer importes máximos a los alimentos, reevaluar la contratación y reorganizar el sistema de comercialización, un avance se observa en esas unidades, al menos las visitadas, en las cuales se respetan los precios instaurados y se trata de diversificar la presencia de frutas, vegetales y viandas en las tarimas. Sin embargo, todavía persisten inconformidades…
REALIDADES…
En el Mae Armando Mestre, Caridad Marrero Vázquez se prepara para hacer las compras de la semana. Confiesa que hoy el agro no está como en otras ocasiones, al mismo tiempo que se queja por la pésima calidad del tomate y la escasez de ensaladas.  Por su parte, Nancy Díaz Granda, cliente del propio establecimiento añade: “Lo que más falta es el boniato, la yuca y la malanga. La placita está prácticamente vacía. El tomate se ve muy pequeño y aunque tiene un precio diferenciado, en la esquina hay un solo carretillero y los tiene más grandes, a 10 pesos. Los plátanos también se encuentran muy maltratados”.
Explica Luis Monet Miranda, administrador del Mae Armando Mestre, que aunque la unidad se surte con frecuencia y se ve diversidad de producciones, algunas como el boniato escasean, “este último no entra desde el 2 de marzo, fecha en que recibimos 621 libras, y estamos a 22. La malanga llegó el 18 de marzo, sin presencia en todo el mes.
“La calidad se corresponde con los precios, para ello se dividen en tres categorías y a partir de ahí se fija un costo. El plátano que tenemos en oferta ahora es de tercera, por eso cuesta 80 centavos”, agrega el directivo.
Cerca de allí, en el Mae El Bosque, las opiniones son disímiles. Si bien clientes como María Luisa García Pérez opinan que la calidad de la frutabomba y la calabaza no es la óptima, y que existe desabastecimiento con respecto a las viandas, otros como Xiomara García Pérez expresan que “aunque se ve poco la papa, la oferta es buena y se ajusta a los importes”.
“Hasta ahora se ha mantenido estable la vianda, los vegetales, hortalizas y granos y aunque hemos tenido dificultades con el boniato, también lo hemos vendido; incluso hasta ofertamos papa en siete oportunidades, aún sin satisfacer la demanda”, explica Pascual Cabana Cárdenas, administrador de El Bosque.
Por su parte, vecinos del Mae El Esfuerzo, de la Emsuna, reclaman una mayor presencia de los vegetales. A lo que explica su dependiente, Oscar Álvarez Díaz, que “en esta unidad es muy baja la demanda de vegetales, pues al contar con tres organopónicos cerca, a veces la ofertamos y no tiene salida. Con respecto a las viandas solo tenemos calabaza y guagüí”.
EN LA PUNTA DE LA CADENA: ACOPIO
La Empresa Municipal de Acopio resulta la encargada de trasladar las producciones desde el campo hasta los 44 Mae existentes en el territorio. Asegura su directora, Yoselín Rodríguez Gómez, que este devino un año malo para algunos cultivos debido a las inclemencias del tiempo, pues en el último trimestre del año no hizo frío y la lluvia en enero y febrero ha causado grandes estragos, y por ende en la producción y comercialización.
“Se han replanteado cultivos y según se rescaten se llevarán hasta los mercados. Los gestores han ayudado a fortalecer la producción. En los puntos de compra se recepciona y luego se procede a la distribución. Hoy tenemos un sistema que establece los días de recogida.

“No obstante, en las cooperativas donde los productores tributan al punto, si llegan otros cultivos, lo comunican a cada dirección y se recogen, para que no se estanquen en el campo. Influye también el establecimiento de un precio máximo, pues los productores se ven obligado a pactar con Acopio”.
Si bien mucho se ha avanzado en este sentido y la entidad contrata entre el 70 y 80 por ciento de lo sembrado, durante el primer trimestre se incumple en la entrega, pues las condiciones climatológicas impidieron el pleno desarrollo de los cultivos, situación que trata de revertirse en la actualidad, siendo los más afectados el tomate, boniato y frijol.
Más allá de los cuestionamientos asociados al surtido y si bien este primer trimestre no ha sido satisfactorio para la agricultura, la seriedad en el abastecimiento de los Mae, puntos más cercanos a la población, debe continuar siendo prioridad para Acopio, entidad que recupera su reputación, luego de años de tropiezos.
Resulta evidente que todavía los niveles productivos no han logrado una estabilidad que permita satisfacer la demanda de los yumurinos, y que aún algunas formas de comercialización, como los carretilleros, no respetan los precios regulados, sin embargo, se percibe un progreso en lo que se exhibe en las tarimas, aunque a veces la calidad no es la óptima.
Mantener la correspondencia entre calidad y precios, garantizar la variedad de ofertas en las tarimas y velar porque las producciones tengan cada vez un camino más estrecho entre el surco y la mesa han de ser prioridades que observar a diario, pues ya está demostrado que no basta con producir más, si estas no toman el recorrido correcto: el plato de los yumurinos.

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