Ana Paula mueve sus manos y
todas las miradas recaen en ellas. Con mucha gracia explica sus peripecias en
la guagua, sin embargo, creo que la mayoría de los presentes nos asombramos
ante el volumen de los aditamentos que componen cada pequeña porción de la
parte final del dedo.
“¿Te molestan?” Alguien no
puede contener la curiosidad. “¿Qué, las uñas? Al principio un poco, pero una
acaba acostumbrándose, es la moda hay que seguirla, lo único malo resulta el
precio.”
Las uñas acrílicas se han
puesto de moda. Un simple vistazo a las manos de muchas mujeres lo confirmará.
Estudiantes, trabajadoras, amas de casa, casi ningún escenario escapa a la
“furia del acrílico”, que se ha ido colando desde hace algunos años en los salones
de belleza, y en la actualidad deviene complemento esencial de fotos de quince,
boda u otros eventos.
PARA LUCIR…
¿SUFRIR?
“En los quince es casi
obligatorio, yo me las puse. Después decidí no usarlas más porque te duelen un
poco y a veces se maltratan las tuyas y sus bordes. Hay quienes no echan
antihongos y se te pudren”, expone Norma Dainet Aguilera Coello, estudiante universitaria.
Mientras, su homóloga Yilena
Oramas García añade que no le gustan las extralargas, ni los relieves.
“Se ven más bonitas con un solo color. Las empleé por comodidad para no
pintarlas con frecuencia, pero si se te viran provocan un dolor espantoso”. En
cambio, Yelenny Cásares Estopiñán, defiende sus ventajas: “Las mías son malas,
crecen poco y se parten rápido, estas mejoran la estética y calidad”.
Aymara Valladares Manresa es
cuentapropista y desde hace nueve años las coloca. La joven conoce los riesgos
de no seguir el procedimiento. “Todos los químicos resultan dañinos, y más si
se realiza el proceso entre cinco y siete veces al día, por eso es necesario
protegerse con el nasobuco, y así no aspiramos el polvo, dañino para las vías
respiratorias”.
“También son imprescindible
los antihongos para evitar enfermedades”. Con ella coincide Kirenia Palau
Peñate, quien argumenta que extrema las precauciones y “hasta ahora no ha
tenido problemas”.
¿QUÉ ME PASA
DOCTOR?
Si bien muchas féminas
coinciden en que estos aditamentos hacen lucir las manos muy delicadas,
reconocen que deben seguirse con rigidez las normas sanitarias para
evitar molestias.
Explica la especialista de
primer grado en Dermatología Dulce María González Blanco que aunque a la
consulta no llegan cifras alarmantes de pacientes con afecciones de este tipo,
sí ha observado algunas que presentan inflamación, dermatitis y hongos o
micosis, entre las más comunes aparecen la candidiasis ungueal y tiña ungueal.
Refiere que no siempre se
desarrollan estas infecciones producidas por hongos y bacterias, pues dependen
del grado de humedad y suciedad a que se encuentren expuestas.
María José Alonso, miembro de
la Academia Española de Dermatología y Venereología en información publicada en
el sitio de esta institución aclara, “estas sellan completamente la superficie
de la uña natural por lo que es posible la proliferación de hongos bajo estas
capas de piel si no se realiza una desinfección antes de colocarlas. En la
mayoría se usa metacrilato, un tipo de plástico que tiene la capacidad de
disolver, una situación que empeora ya que requieren para su colocación raspar
la uña natural”.
El doctor Rigoberto García
Gómez, especialista en Dermatología y máster en Enfermedades Infecciosas del
Hospital Hermanos Ameijeiras en declaraciones a Juventud Rebelde sostiene: “La
salud de las uñas naturales puede afectarse debido a los adhesivos empleados,
pues una técnica indebida en la aplicación de los polvos acrílicos podría
atrofiar el crecimiento”.
Así aconseja José Alonso que
para mantenerlas saludables resulta indispensable cumplir las condiciones
higiénicas básicas en la manicura, además de no quitar las cutículas debido a
los riesgos de infección, sobre todo en personas con diabetes. De igual forma,
recomienda usar guantes durante la limpieza, acudir al dermatólogo ante cualquier síntoma, y no usarlas
permanentemente para ventilar las propias.
Apostar por una imagen bella
no implica necesariamente ser sumisos de la moda, de ahí que la sencillez
constituya complemento esencial para llevar un “look” atractivo. Siempre que
optamos por lucir bien debemos sopesar las ventajas y desventajas de esos
aditamentos para nuestro cuerpo.
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