Por Jessica Acevedo Alfonso y Yeilén Delgado Calvo
Fotos: Abel López Montes de Oca
Muchos comentarios entre la población yumurina ha originado la reciente remodelación del parque de la Libertad, emblemático sitio de la ciudad de Matanzas. A propósito de ello, publicamos un trabajo periodístico publicado en el semanario Girón en 2016, que aborda desde la mirada de los especialistas el tema relacionado con la presencia de las aves en este sitio.
Aquella tarde la ilustre visitante llegó a pocos minutos del comienzo de
la actividad. Los anfitriones, acuciados por la hora, olvidaron indicarle el
mejor lugar para parquear.
Nada salió mal en el evento; solo un pequeño detalle los contrarió:
enrojecieron de vergüenza al despedir a la invitada, pues su carro estaba
blanco de excrementos y, por ende, maloliente. Así no podía partir hacia la
capital y hubo que fregarlo.
La anécdota, real, puede parecer humorística; sin embargo, la
concentración de aves en el Parque de La Libertad se ha convertido en problema
para los citadinos. En horas de la tarde y la noche se debe evitar el paso por
debajo de los árboles, para no terminar ‘bombardeados’ con las excretas. De
igual forma, se manchan el piso y los bancos; y cuando llueve, un olor
desagradable se esparce por los alrededores.
Múltiples ideas se valoran para solucionar el problema sin dañar a los
animales, que no tienen la culpa. Hasta el momento, ninguna se ha concretado y
la invasión se reproduce cada atardecer.
LAS AVES NEGRAS…
Como consecuencia de la acción del hombre sobre los diferentes hábitats
de estas especies, con el propósito de realizar actividades de interés
económico, agrícola o turístico, ha disminuido la cobertura boscosa en las
zonas urbanas y semiurbanas de la ciudad, provocando que estas se desplacen
hacia nuevas áreas en busca de refugio o alimentos.
Al amanecer las aves despiertan al centro urbano
con sus vuelos y cantos. La gran bandada, compuesta
por entre 2 mil y 3 mil ejemplares, que sobrevuela el centro de la urbe
pertenece a la familia Icteridae, y
responde al nombre científico de Quiscalus Níger, aunque
también se le conoce popularmente por Chango, Chichinguaco, Hachuelade,
Chinchilin y Mozambique. Esta especie puede encontrarse en las Antillas Mayores
y las Islas Caimán y habita en las áreas urbanas, semiurbanas y las fincas de
los llanos costeros, no así en los bosques densos.
Según explica Yasser Enrique Torres Adán, especialista de la Unidad de
Medio Ambiente, “el contexto es incómodo, pues las aves emplean los árboles
como sitio de dormidero; además al amanecer y el atardecer realizan sus
vocalizaciones o cantos y provocan una gran molestia a los pobladores. También
hacen allí las necesidades fisiológicas y sus excretas caen en los bancos y el
suelo, los cuales no pueden ser limpiados totalmente”.
Desde los árboles las aves ensucian los bancos y el
suelo. La delicada situación representa una amenaza
para la salud de los concurrentes al parque, el deterioro del patrimonio
constructivo y puede crear un problema epidemiológico muy complejo que derive
en la manifestación de enfermedades.
Y aunque pudiera parecer un fenómeno aislado, esta problemática ha
proliferado en otros países, dañando incluso, áreas de cultivos y zonas
urbanas. Señala el especialista que “existen respuestas a corto, mediano y
largo plazos, pero primero se deben conocer las diferentes técnicas de control
de aves que afectan las ciudades y desarrollar acciones colaterales”.
Entre los métodos empleados a nivel mundial para erradicar las molestias
provocadas por estas poblaciones se encuentran: el empleo de armas, sistemas
acústicos, cebos con narcóticos, redes, jaulas, gel repelente antiposamiento y
repelente granulado para árboles. También se ha
procedido a la eliminación de nidos y huevos.
No obstante, el especialista añade que muchos de estos procedimientos
requieren de equipamientos caros, y para su uso resulta necesario
asegurarse de que se opera dentro de la legalidad. En el caso de la urbe
yumurina sugiere el empleo de el empleo de geles y productos químicos de
acción repelente que no dañen la capa de Ozono.Otra de las posibles soluciones
sería la reforestación de la periferia de la ciudad.
LAS AVES Y EL PATRIMONIO
Por su parte, el conservador de la ciudad, Leonel Pérez Orozco, apunta
que el deterioro del conjunto escultórico del Parque –ubicado en un centro
histórico urbano Monumento Nacional– parte de una situación en cadena.
“La cuestión de las aves urbanas en el parque es cíclica. En una etapa
fueron los gorriones, luego no había ninguna, y reaparecieron en los 90. Vienen
de toda la ciudad.
“El establecimiento de la Wifi acrecentó la afluencia de personas; como
en las noches los pájaros no permiten ocupar los asientos, los usuarios se
concentran en el centro del área, aumentando la carga sobre la misma”.
Por supuesto que nada justifica el atentado contra el patrimonio, y
otras causas, anteriormente abordadas por este Semanario, influyen; tales como
las indisciplinas sociales, la no delimitación del conjunto, y la realización
de actividades sin la autorización pertinente.
Orozco refiere además, que entre las alternativas que se manejaron para
alejar a las aves, estuvo la de emitir un sonido de depredador, pero se concluyó
que al no producirse ningún ataque real, estas vuelven al sitio. Hoy se
estudia la idea de situar un aparato que difunda el sonido de ave en peligro,
más efectivo.
Examinar las vías económicas y que garanticen el traslado seguro
de las aves hacia otro hábitat cómodo para ellas y los yumurinos, ha de aunar a
todos los implicados en el asunto: Servicios Comunales, Delegación del Citma,
Gobierno y Patrimonio. Trabajar unidos, con prontitud y siguiendo los consejos
de los expertos, en pos de garantizar un entorno agradable y pulcro a los
visitantes del centro urbano, debe constituir prioridad para este 2016.
En Internet son múltiples los sitios que hacen
referencia a diversos métodos para ahuyentar a las aves. Por ejemplo, el blog
español Antipalomas y control de aves (www.controldeaves.com) refiere en un artículo
titulado Espantar pájaros, que para esa tarea se deben tener en cuenta tres
aspectos fundamentales. La especie: para aquellas que se avisan del peligro los
aparatos de sonido, combinados con figuras de aves rapaces, son una buena
opción; para las que no tienen tal comunicación resultan inservibles; mientras
que los córvidos tratarán de atacarlas y se sentirán atraídos en vez de
espantados. El motivo: cuanto más fuerte sea la razón por la que los pájaros
acuden a un lugar, mayor será la dificultad para sacarlos; de mayor a menor
dificultad: lugar de anidamiento, alimento, dormidero o posadero. El entorno:
nada tiene que ver un árbol con una tienda.
A continuación,
mencionan una serie de métodos, algunos de los cuales parecen sacados de un
libro de tortura y esperamos que nuestros molestos pájaros matanceros no deban
sufrir: pinchos antiposamiento; redes; ahuyentadores de sonido y de
ultrasonido; líquidos y gases repelentes; repelentes sólidos; sistemas de
electro repulsión y cables tensados; cañones de gas; siluetas de rapaces o su
especie; cetrería; capturas; rapaces de radio control; y rayos láser
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