La desigualdad histórica y la
discriminación generalizada contra la mujer resultan en la actualidad los
principales obstáculos que enfrenta este sector poblacional alrededor del orbe.
A ello se une la violencia que padecen y las prácticas contra su integridad,
arraigadas en culturas donde son vistas como objetos.
Según estudios realizados por investigadores de la Organización de Naciones Unidas (ONU), hasta un
70 por ciento de las mujeres sufren violencia en su vida, mientras que más de
130 millones de féminas han sido sometidas a la mutilación genital, sobre todo
en sociedades patriarcales de África y el Oriente Medio.
Igualmente resultan víctimas de la prostitución, el
trabajo forzado, la esclavitud, la servidumbre y los abusos domésticos físicos
y sicológicos. En aras de fundar una fecha en que las instituciones y la
población en general promueva la realización de acciones en torno a disminuir
los comportamientos agresivos contra el género, la ONU aprobó el 25 de noviembre
como el Día Internacional de la
Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en homenaje a las
hermanas Mirabal, activistas políticas asesinadas por órdenes del dictador
dominicano Rafael Trujillo.
Valga esta ocasión para repensar sobre el rol que
asumen las mujeres dentro de toda sociedad. Sirva también para reflexionar
sobre el papel que nos toca a la hora de enfrentar las conductas violentas y
revertir desde nuestro ámbito las secuelas de un mal sin rostro.
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