De nuevo
las cornetas vuelven a inundar el barrio. Los más entusiastas despertaron
temprano, pues luego de la mala racha de los Cocodrilos en la Isla, aún los saurios siguen
con vida y hoy en su pantano defienden el pase al juego final.
Caldero en
mano los apasionados vaticinan un triunfo seguro, mientras que al fondo se
siente el grito de Fefa que es pinera, y no se resigna a la idea de que pierdan
los Piratas, alertando que no festejen todavía, porque la serie se inclina a su
favor y puede que el botín regrese a su cueva.
Sin embargo
Juanito la reta: “¡qué se atrevan! Víctor Mesa no se rinde tan rápido, ahora es
que comienza la pelea”, le dice augurando la victoria de los locales. Mientras
que mi apasionado vecino Chicho vuelve a sacar su cocodrilo de peluche para
adornar el viejo almendrón, vehículo al que con cariño los vecinos del barrio
llamamos Lola.
“Tremendo
nocao, el del domingo”, grita estrepitosamente provocando a los industrialistas
del vecindario, que ante la barrida de la Isla, decidieron darle a Matanzas. “Si ustedes no
pudieron con ellos, aquí sobra equipo para enfrentarlos”, sentencia acalorado
mientras toca el claxon a quienes recorren la céntrica calle yumurina con
colores alegóricos al equipo insignia de la provincia.
“Ahora si
Lola está completa” me grita y me inclino buscando el original cocodrilo que se
puede observar tras el parabrisas.
Termino el
desayuno contagiada ya por la alegría y me animo para colgar una pequeña
pegatina, que hace algún tiempo me regalaron, en la puerta de la casa, al mismo
tiempo que me dispongo a salir al trabajo.
Afuera todo
es una fiebre beisbolera. Carteles, cornetas, originales pancartas anuncian que
los Cocodrilos de Matanzas hoy darán
batalla en el Victoria de Girón. Otra vez la ciudad despierta al ritmo del
entusiasmo que hace de los play off una
auténtica fiesta del deporte en Cuba.
En Matanzas
se reanuda la pasión, y nadie es ajeno a ello. En cada esquina se discute sobre
estadísticas, posibles relevistas, errores, estrategias, pareciera que en el
alma de cada matancero brilla un manager. Las mujeres no quieren quedarse
detrás y también hacen valer sus criterios por encima del hombre más ducho en
el tema.
A la legua
se nota que en La Atenas
de Cuba se disfruta cada momento de la 54
Serie Nacional de Béisbol. “Es la
mejor época del año, se le escucha decir a algunos, mientras otros alegan que “revive
a la ciudad, hermana a la gente y se respira alegría”.
Inundada
por tanta efervescencia beisbolera, me permito seguir creyendo que esta vez sí
vamos por más, pues por mucho que digan estadísticas, probabilidades o
comentaristas, en el fondo de cada yumurino quedan deseos de soñar y de creer
que sí podemos llegar al final.
“Nos
merecemos ser campeones”, escucho decir a un grupito de adolescentes que se
acercan mientras desde un automóvil les devuelven el saludo. MATANZAS CAMPEÓN: leo en un gracioso
cocodrilo que junto a un Víctor Mesa
de plástico afirma que hoy sí VAMOS POR
MÁS.
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