lunes, 8 de junio de 2015

Campismo popular: Donde la belleza natural convida




Transitar por las márgenes del Río Canímar resulta una de las experiencias más gratificantes e impresionantes para los viajeros que llegan a La Atenas de Cuba, así lo expresa Yoan Michel Vega, joven de Sancti Spíritus que disfruta junto a su familia del esplendor de la vista.

Cerca de él, una pareja se enamora en el mágico ambiente que crea la belleza natural, unida a la tranquilidad que propicia el enigmático paisaje. 
Rodeada de misticismo, la historia del torrente alude a una antigua leyenda que narra los amores de una bella india y el cacique Canimao. Cuenta el relato que para salvar a su amada Cibaraya, el fornido guerrero entregó su vida al Dios Murciélago, abriendo su pecho con un puñal y cayendo al río. Cibayara tuvo un niño, y narra la fábula, que los dos juntos llevaban grandes ofrendas hasta el arroyo, al que comenzaron a llamar Canimao.
Atraídos por la belleza del paisaje y cautivados por las envolventes historias que rodean a esta geografía, llegan cada año, sobre todo en la etapa estival, cientos de visitantes en busca de leyendas que se transmiten de generación en generación y convidan a redescubrir los secretos del torrente y crear sus propios relatos en las frías aguas del Río Canímar.
UNA GEOGRAFÍA PRODIGIOSA   
Bendecida por el cruce de ríos, la Atenas de Cuba se convierte en escenario propicio para el aprovechamiento de estos afluentes. De ahí que muchos de ellos alberguen en sus márgenes sitios recreativos, preferidos por locales y foráneos.
Los campismos constituyen, por excelencia, una de las opciones más dinámicas, económicas y placenteras para disfrutar de la etapa estival. Allí naturaleza, historia y calidad humana se combinan para garantizar a los campistas una estancia placentera.
Enclavadas en paradisiacos parajes del territorio, bañados por aguas dulces y saladas, se encuentran las cinco bases de campismo, de las cuales dispone la provincia: Bacunayagua, Río San Juan, Canímar Abajo, Río Canímar y Faro de Maya, esta última  reabre con una nueva modalidad, las tiendas de campaña y cinco cabañas, alternativa que potencia la preservación de la zona costera.
Otras de las ofertas destinadas a satisfacer los más variados y exigentes gustos resulta la instalación extra hotelera Parque Turístico Río Canímar, la cual ha ganado muchos adeptos dentro de la población yumurina.
Según comenta Odaisi Pelier López, especialista comercial del Buró de Reservaciones: “Se trabaja en un proceso de reanimación de las instalaciones, cambiando marquetería, proporcionando mantenimiento a los baños y enchapando. Donde más se ha avanzado es en Bacunayagua, instalación de primera categoría y que más demanda tiene en todo el año”.
“Aunque no disponemos de las condiciones óptimas para iniciar el verano, si creemos que podemos brindar un servicio eficiente a los visitantes, que les permita pasar un verano feliz, junto a la naturaleza”, explica Pelier López.
En la actualidad se explotan 110 cabañas para un total de 494 capacidades instantáneas, que pretenden satisfacer la demanda de los meses de julio y agosto, periodo de alza turística. “Pensamos atender a unos 11  mil campistas físicos y 33 mil 259 campistas días con un promedio de estancia de cuatro noches”, precisó la especialista.
Entre las principales atracciones programadas para garantizar la diversión y el sano esparcimiento durante el verano, cada instalación dispone de un grupo de animación, encargado de potenciar la recreación a través de juegos pasivos y tradicionales, alquiler de medios y caballos, actividades y pista de baile.
Sin dudas unas de las diversiones más demandadas resultan aquellas vinculadas al entorno. Visitas a la finca campesina en Canímar, al mirador de Bacunayagua y otras de corte histórico, como las dirigidas al Museo El Morrillo, ocupan el tiempo libre.
Si bien la venta de reservaciones para el verano inició a partir del 16 de marzo, ya se han expendido más del 90 por ciento de las capacidades, aunque todavía quedan ofertas en Canímar Abajo, Río San Juan y Río Canímar.   
La preservación de estas áreas en su mayoría protegidas, debe resultar práctica constante para quienes disfrutan del placer natural. Extremar las medidas para la conservación del medio ambiente deviene acción cotidiana. Así continuaremos resguardando el patrimonio natural: en un espacio donde  belleza natural e historia, convierten a nuestros parajes en sitios de obligada visita.

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