Sus manos tiemblan, el sudor recorre su frente y con los últimos pasos
parece que flaquea. No sabe cómo ha llegado hasta allí o quizás sí. Una y
mil veces se cuestiona y en una lucha encontrada de pánico y deseos de
escapar trata de huir de sus miedos, pero… ¿para qué prolongar el
suplicio? Por fin extiende la mano y lee la nota que le alcanza una mano
firme.
Su
odisea comenzó con la llamada, una voz llorosa detrás del auricular
intentaba explicarle que dos semanas atrás en su centro de trabajo
habían hecho la prueba para detectar el Virus de Inmunodeficiencia
Humana (VIH), la cual resultó positiva. La alerta lo sacudió, no dijo
nada en casa, prefirió ser reservado para no crear revuelo y, como si un
cubo de agua fría le cayera por dentro, acudió al policlínico más
cercano para salir de dudas.
Miró
el papel y se sentó durante un rato, recobró la calma. El resultado dio
negativo, pero la aprensión no ha desaparecido. “Desde ese día uso
condón. A cualquiera puede tocarle, lo dicen en la televisión, pero uno
no lo cree hasta que vive la experiencia, por suerte no me tocó, pero
ahora sé que a veces la vida depende de establecer líneas, y comenzar
por la protección, en todos los sentidos, es la mejor opción”, me cuenta
el joven aprovechando el pacto de confiabilidad previo.
DETRÁS DEL SUSTO…EL RIESGO
Quizás
historias como esta resulten frecuentes y el recelo a ser juzgados haga
que se escondan en el anonimato. Tal vez otras asuman un final
diferente y entonces el consuelo se busque en la mano amiga, la pareja
confidente o el consejo oportuno. Sin embargo, cualquiera de los
desenlaces lleva un mensaje que habla de la importancia de la
prevención.
Omar
Milián Valle es especialista del grupo provincial de VIH/sida. Desde
hace 19 años le diagnosticaron la enfermedad y ha aprendido, a pesar de
los riesgos que implica, a convivir con ella e insertarse socialmente,
desarrollando una faena útil y bella: ayudar a prevenir el contagio. “Me
siento realizado y comprometido con lo que hago y me encuentro muy bien
de salud. Soy fiel a mis medicinas, se me puede olvidar cualquier cosa
menos tomarlas. Lo sustancial para la población es saber que existen el
VIH y las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y que nada justifica
mantener relaciones desprotegidas.
“Nadie
tiene claro con quién está involucrado en un primer momento que puede
ser definitivo, por eso se insiste tanto en la comunicación de la
pareja, la estabilidad, conocer sobre el virus y usar condón siempre,
cualquiera que sea la orientación sexual.
“Quienes
conviven con VIH deben conocer que cuando el médico indique el
tratamiento antirretroviral tienen que lograr una adherencia de más del
95 por ciento (%). Los doctores no curan pero logran la estabilidad del
sistema inmunológico. Hacen que nos incorporemos al estudio, el trabajo y
la sociedad. Hoy este es un reto que asume la comunidad de personas con
VIH, como uno de los procesos más significativos.”
Desde
su labor diaria en la línea de apoyo, Omar adiestra y compromete a
pacientes, parejas y familiares en el seguimiento a los tratamientos, el
chequeo del sistema inmunológico y la asistencia a las consultas,
elementos claves para garantizar la calidad de vida. Especifica también
que la línea tiene un grupo coordinado provincial y similares en los
municipios, cuya misión es asesorar, acompañar y entrenar en temas de
adherencias terapéuticas, nutrición y parejas serodiscordantes (un seropositivo y el otro no).
CIFRAS QUE CUIDAR
Aun
cuando las acciones son periódicas, existe una tendencia ligera al
incremento de la detención de nuevos casos. Según informa Betsy Benítez
Fuentes, jefa del grupo provincial de Prevención y Control de las ITS y
VIH/sida, existen en la provincia más de 600 personas diagnosticadas,
siendo los municipios con mayor incidencia Matanzas y Cárdenas; y los
hombres y dentro de estos, los homosexuales, quienes más se contagian.
La especialista resalta que el 70 por ciento de los revelados posee
tratamiento, pero aún persisten quienes no buscan atención médica.
Como
parte de las acciones comunicativas programadas en el marco de la
Jornada por el 1 de diciembre, se efectúan actividades dirigidas a
divulgar la importancia que adquiere mantenerse alertas en los tiempos
actuales, e interiorizar la necesidad de defender las relaciones
sexuales protegidas en los grupos más vulnerables, entre los que se
incluyen jóvenes, hombres que tienen sexo con otros hombres (HCH) y
aquellos que consuman el sexo a cambio de dinero o ropa, no quedando
exentos otros.
“Trabajamos
de conjunto sectores y organizaciones de masas, con diligencias en
centros estudiantiles, laborales y en las áreas de salud más afectadas
para sensibilizar a la población. Matanzas resulta un municipio
priorizado por el incremento de casos y en especial el área de
Contreras. Todos deben comprender la necesidad de eliminar la
discriminación hacia los HCH, los transformistas y personas con VIH,
pues también son parte de la comunidad”, especifica la Máster en
Enfermedades Infecciosas Melania Domínguez Suárez.
“El
acto central se realizará el próximo 30 en la Plaza XIV Festival, pues
allí se desarrolla la feria comunitaria, y esperamos la participación de
la familia. Presentaremos el Proyecto Sombrilla yCarpa por la vida.
Queremos que cada persona se lleve a casa un mensaje de prevención
cuando haga sus compras. También nos acompañará el Movimiento Hazte la
prueba, el 29 en Las Ruinas”, explica.
Aunque a
diario se promueve en los medios de comunicación, centros docentes y de
salud, la necesidad de mantener una sexualidad segura, quedan
arriesgados que deciden apostar por un momento de placer desprotegido
que puede costar la vida. No basta con conocer los riesgos o
características de la enfermedad, resulta indispensable asumir que somos
los máximos responsables de velar por nuestra salud y la de los demás.
Por Jessica Acevedo Alfonso y Jeidi Suárez García
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