domingo, 15 de febrero de 2015

Donde el amor germina en flores




Los gladiolos blancos son sus preferidos. Quizás porque resultan poco comunes y difíciles de cultivar, Mamita les tenga un gran cariño. Por eso cuando Gilbertico llegó con uno en sus manos, hace ya casi una década, no pudo más que sucumbir ante la ternura del gesto y aceptar la propuesta.

Entonces, ella trabajaba en la Fábrica de Coronas perteneciente a la Dirección Municipal de Servicios Comunales (DMSC) de Perico y él atendía el establecimiento. Hoy ambos laboran en el Jardín Campo de esa entidad, al cual han dedicado una importante etapa de sus vidas. Pero a Gilberto Mejías y Berta Jiménez (Mamita), los une algo más que el amor incondicional que se profesan. La pasión por las flores hace que cada amanecer en su apartada finca tenga un color diferente, el cual varía según la especie que germine en esa época del año.
Cuando los rayos del Sol apenas comienzan a calentar, ya el periqueño está en el surco. Trabajar la tierra conlleva sacrificio y no entiende de días de descanso, pero la belleza de sus plantas recompensa el esfuerzo y engalana la alborada que lo sorprende con las manos ásperas por la faena que apenas comienza.
Corría 1993 cuando Mejías dejó la bodega y se inició en la agricultura, una labor más rentable para sobrellevar los duros años del periodo especial. Desde ese momento aprendió a lidiar con la tierra y en la actualidad no hay variedad que se le resista. “Las más complejas son las rosas pues el trato debe ser exquisito. Exigen de trasplantes cuidadosos y en horas de la tarde, mantener el ciclo de riego semanal. Además llevan mucho fertilizante, agua e insecticidas para combatir las plagas y la poda que es necesaria”, explica.
Girasol, gladiolo, cajigal y otras variedades son cultivadas en el Jardín Campo por los seis trabajadores que allí laboran. Consideradas flores de trabajo, abastecen la Fábrica de Coronas, donde se confeccionan encargos florales, coronas y cojines, para garantizar los servicios funerarios, además de  actos y eventos desarrollados en el territorio. “Las que más demanda tienen son la rosa y el girasol y aunque vendemos a la población, el sector estatal es el que más solicita”.
Mamita también aporta lo suyo. Entusiasmada nos muestra los conocimientos adquiridos sobre arreglos florales, como parte de los talleres desarrollados por el Eje de Género en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, surgidos como parte de una etapa de sensibilización de diagnóstico del Proyecto de Innovación Agrícola Local.
Precisamente incentivar la producción de flores finas en el municipio resulta uno de los propósitos de la DMSC para 2015. Según expone José Antonio López, director de Servicios Comunales las principales inversiones que se prevén realizar se destinarán a la compra de bolsas y set de herramientas para corte. Estas se realizarán como parte del Proyecto Innovacuba.
De ahí que el empeño de los trabajadores y su capacitación sean esenciales para afrontar los retos venideros. Pero en el Jardín Campo, dedicación, iniciativa y esmero están garantizados. Sacarle a la tierra sus mejores hijas, hacen que el amor de Mamita y Gilbertico germine.     

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