Fotos: Julio César García y Esteban Grau González Quevedo
No por
reiterada resulta menos fascinante la visita a la Cueva de Bellamar en Matanzas,un lugar
donde la acción transformadora del hombre en estrecha armonía con el equilibrio
natural atrae a admiradores locales y foráneos
Descubierto
de forma casual en 1861, el conjunto constituye el centro turístico natural en
activo más antiguo de Cuba, habilitado al público un año después.
Considerado
Monumento Nacional desde 1989 y con grado de protección 1 por su belleza natural y los valores
patrimoniales que conserva, hoy los factores de la comunidad, de conjunto con la Sociedad Espeleológica
de Cuba aspiran a que sea reconocido como Área Protegida a finales de 2013. Además,
laboran en la confección del expediente con el propósito de incluirlo durante
el 2014, en la lista indicativa de sitios naturales considerados Patrimonio de la Humanidad.
Según
explica el espeleólogo Esteban Grau González-Quevedo, la gran Paleocaverna
Bellamar, es el sitio propuesto para aparecer en la lista. Con más de 24 kilómetros de
extensión, de ellos casi 10 descubiertos a partir de 1992 por el Grupo Félix
Rodríguez de la Fuente,
posee los requisitos para ello, pues
constituye una compleja red de galerías, las cuales albergan diversas formas
cristalinas, compuestas por calcita y aragonito, que las distinguen como única
a nivel mundial.
Algunos de
estos espacios no abiertos al público hasta la fecha, pueden ser visualizados a
través de multimedias en tercera dimensión confeccionadas con apoyo del Grupo
San Marco, perteneciente a la Sociedad
Espeleológica Italiana en aras de divulgar y valorizar el
patrimonio subterráneo.
La
conservación a largo plazo de uno de los sistemas cavernarios más importantes
de Cuba constituye uno de los requisitos exigidos para ser consideradas
Patrimonio de la Humanidad.
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