jueves, 1 de mayo de 2014

Primero de Mayo: sabor a mar y a gloria en mi Ciénaga

De fiesta amaneció la Península hoy. El aire mañanero trajo sabor a mar y a gloria y el follaje intenso de la Ciénaga quedó opacado por el oleaje rojo que se expande, dando paso a la efervescencia arrolladora que nubla el rumor del mar y toca cada puerta.
Nadie quedó en casa. Con la aurora se escucharon las primeras voces anunciando el desfile. En las esquinas, atados a un árbol o resplandeciendo en la descolorida pared de algún establecimiento, los carteles recuerdan desde hace días que hoy es primero de mayo, fecha de celebración para el pueblo trabajador.

De boca en boca resuenan las consignas, expresión de la unidad, del poder obrero, de la cohesión de las fuerzas proletarias que mantienen la productividad a pesar de un hostil bloqueo, que levantan el nombre de Cuba por el continente y más allá,regalando conocimientos, salvando vidas, forjando los cimientos del futuro en el mundo, esparciendo la semilla de la solidaridad.
Banderas y pancartas narran la historia de este pueblo. Ya los carboneros pueden hablar de derechos laborales, respeto  e igualdad. Ya no se muere la gente, ni sobran los analfabetos, ahora la Ciénaga es más que miseria e ignorancia. Con las manos en la tierra o desde las instalaciones turísticas brindando una esmerada atención al cliente se construye, se crea el porvenir.
Ahí van los trabajadores con paso firme y enérgica voz, a labrar sus sueños, a perfeccionar el presente, a asegurar el futuro. Hoy es primero de mayo, mientras en otras latitudes se levanta el clamor de la esperanza, en mi Ciénaga, en mi Cuba entera,  es jornada de celebración.

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