El cenaguero Sergio Cumbrera Quesada está
feliz. Hace tres meses decidió solicitar un crédito bancario para la reparación
de su vivienda, y desde la entrega del financiamiento comenzó a adquirir los
materiales para dar los primeros retoques a su inacabado domicilio.
“Es una gran oportunidad recibir un dinero
del que no se dispone, aunque después te lo descuenten del salario, porque te
sirve para comprar los materiales de construcción, que por lo general son muy
costosos. Gracias a este presupuesto ya pude conseguir el tanque de agua, la
instalación eléctrica y la turbina” agrega Cumbrera Quesada.
Múltiples son los beneficios que ofrece a la
población el Decreto Ley 289 del Banco Central de Cuba, pues flexibiliza la
entrega de créditos por instituciones financieras a personas naturales para la
compra de materiales de la construcción destinados a la reconstrucción de
casas, una de las necesidades más apremiantes del país.
Como Sergio, otros matanceros también se han
acogido a esta política bancaria, implementada en el 2011. Así lo confirma el
joven Ismel Gainza López, quien desde el año pasado es beneficiario de un
crédito por la suma de 10 mil pesos. “Llevaba casi diez años esperando para
reparar mi vivienda que estaba en muy mal estado, tenía filtraciones y era muy
pequeña, gracias a ese dinero he podido dar un impulso mínimo a su
remodelación. Estoy satisfecho porque el proceso fue rápido, recibí una buena
orientación, lo único que resultó un poco difícil fue la cola”.
La atención al cliente
Para muchos de los entrevistados una de las
inquietudes más recurrentes resulta la incomodidad provocada por las largas
horas de espera para la realización de los trámites. Al respecto comenta Yilian
Reyes García, gerente del Departamento de Recuperación en la Sucursal 3412, situada en
la calle Contreras: “Hoy el servicio es demorado, y esto sucede porque el banco
ha adquirido otras funciones. Se atienden diligencias como las cuentas de
ahorro, los créditos para materiales de la construcción y aquellos que
contempla la nueva política bancaria, a estos se añaden el cobro del
presupuesto a la ONAT
y el pago de la corriente, entre otros”.
Para solucionar estos inconvenientes, se creó
una Oficina de Negocios, situada en Calzada General Betancourt, número 26 mil
203, entre Manglar y Cuní, Playa, con personal especializado de las dos
Sucursales (Medio y Contreras) pertenecientes al Banco Popular de Ahorro (BPA)
que se ocupan de la entrega de créditos en el municipio Matanzas. Allí el
solicitante tiene la oportunidad de recoger las planillas, recibir orientación
y realizar el proceso previo a la confección del expediente.
Sobre ruedas en Matanzas
Durante este año las sucursales del BPA en la
provincia han entregado a personas naturales un financiamiento de más de 27
millones de pesos para la reparación de viviendas, siendo los municipios más
beneficiados Matanzas, Cárdenas, Colón, Jovellanos, Limonar, Unión de Reyes y
Jagüey Grande, cada uno con más de un millón de pesos sufragados.
Igualmente se denegaron 249 solicitudes por
violaciones de las normas establecidas, entre las más comunes aparecen las
indisciplinas fiscales y bancarias, la deficiente capacidad de pago y la
inestabilidad laboral del solicitante o el fiador. Según refiere Yoanna
Martínez, Especialista Comercial en la Sucursal 3412, “se impide la entrega del crédito cuando
se falsifica un dato. Existen personas que han sido fiadores o morosos y lo
omiten, cuando el banco hace las comprobaciones y lo detecta se deniega el
financiamiento. Si se incurre en una de estas indisciplinas y existe una causa
justificada, el solicitante puede explicarlo, y cambiar al codeudor”.
Las incongruencias en el llenado de la
documentación constituyen una de las causas de devolución de la misma. Durante
el proceso aparecen errores en las planillas y en las cartas emitidas por los centros laborales para
declarar el salario de fiadores y solicitantes, informa María Antonia Blanco
Rodríguez, jefa del Departamento de Banca Personal de la Dirección Provincial
del BPA. “Se viran al detectarse algún problema en ellas, por lo general una
firma o un cuño ilegible, cuando esto sucede nos comunicamos con el interesado
y se lo informamos dentro de un término para que se presente y la arregle, de
no hacerlo, entonces tendrá que rehacer la documentación” agrega Martínez.
Lo cierto es que a casi dos años de
implementado el Decreto Ley 289, todavía persisten en la población dudas sobre
el procedimiento para el desarrollo de los trámites. En consecuencia los
trabajadores del BPA continúan su labor de divulgación encaminada a fortalecer
la orientación en este sentido para que puedan aprovecharse plenamente las
oportunidades que ofrece la política bancaria.
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