martes, 3 de diciembre de 2013

Detrás de Rubiera, un ejército de truenos y rayos



Nereyda Hernández Pastrano ha dedicado su vida a la Meteorología. Desde los 17 años se enamoró de la ciencia y cree que no renunciará a ella. Con casi un siglo de vida conoce el sacrificio que implica mantenerse en vela para medir  las variables climatológicas, ni siquiera los más intensos huracanes han podido desprenderla de la Estación Meteorológica de Jovellanos (EMJ), donde se desempeña como jefa.

Junto a ella, en el apartado sitio, siete trabajadores más laboran en la difícil misión de vigilar el comportamiento climático, una labor cotidiana y de mucha paciencia, cuyo fruto a diario recogen cuando cada día ante las pantallas del televisor o quizás por la radio vemos o escuchamos el pronóstico del tiempo.

“Y es que detrás de Rubiera está presente un ejército de  rayos y truenos, sin el que resultaría imposible realizar una valoración certera, porque todas las estaciones a lo largo de la isla juegan un rol esencial en ello. Son un eslabón vital dentro de la cadena que permite determinar la calidad del dato”, afirma Milagros Alfonso Cabrera, especialista principal de la Red de Estaciones Meteorológicas.



CALIENTE, CALIENTE…

Desde el 2010, Matanzas forma parte del Sistema de Diagnóstico de Radiación Solar para Cuba, proceso desarrollado únicamente en el territorio yumurino por la EMJ. En Cuba existen además, cuatro estaciones actinométricas, ubicadas en Casablanca, Sancti Spíritus, Nueva Gerona y Camagüey.

La iniciativa implementada por el Grupo de Óptica Atmosférica de Camagüey se encamina a rescatar un considerable volumen de información y digitalizarla para exponerla en tiempo real, como parte de un servicio de diagnóstico de radiación solar, disponible en la página web de la prestigiosa institución.

Sobre la inserción en el proyecto cuenta Alfonso Cabrera: “hicimos un diagnóstico de radiación solar para la llanura central de Matanzas y se logró introducir los resultados en una base de datos y salieron publicaciones al respecto, el grupo de Camagüey se enteró y comenzamos a trabajar en conjunto”.

Situada en una extensa llanura, sin predominio de elevaciones significativas, los pronósticos emitidos por la EMJ poseen gran índice de representatividad para el resto del territorio, de ahí que haya sido escogida entre las siete unidades existentes en la provincia.

A tres años de haberse capacitado al personal de la EMJ, hoy el proyecto avanza sin contratiempos: “se hacen observaciones horarias diurnas, todos los días excepto cuando hay lluvia o niebla, se introducen las estadísticas en la computadora y con el sistema automatizado salen para la página oficial. Se miden las radiaciones mediante el galvanómetro, piranómetro y actinómetro, equipos empleados para esos fines. Antes los datos estaban inéditos, ahora podemos hacer valoraciones a partir de ellos”, agrega Hernández Pastrano.


La estación se considera de tipo P dos porque posee todos los componentes para medir los tres tipos de radiaciones: la global, la difusa y la directa.

A BUEN TIEMPO, COSECHA SEGURA

Y es que mediante la aplicación de la actinometría, ciencia  encargada del control de la intensidad de las radiaciones luminosas, especialmente de las solares, puede facilitarse la vida a más de una persona. Los indicadores son utilizados en múltiples esferas, entre ellas los estudios médicos sobre la influencia de los rayos en la piel, la instalación de paneles solares y en la producción agrícola.

Sin embargo, en la provincia no son aprovechados al máximo sus beneficios: “no somos visitados por muchas instituciones, excepto por los tabacaleros, los compañeros que atienden sanidad vegetal y los de la Estación Provincial de Investigaciones de la Caña de Azúcar. Existen productores particulares que se interesan en los pronósticos para asegurar la productividad de sus plantaciones, pero los estatales no lo hacen con frecuencia” explica Fidel Hernández Alonso, operador meteorológico.

“Otra cuestión se relaciona con los seguros de los cultivos. Cuando viene algún evento meteorológico y tumba las flores o se pierden las siembras, entonces los productores si acuden a la institución y solicitan un certificado del fenómeno para que la empresa pague, sin embargo no llegan hasta aquí para prever lo que pudiera pasar”, asegura Alfonso Cabrera.

En la EMJ se brindan servicios de orientación sobre variables como la nubosidad, la lluvia, las radiaciones y la humedad, las cuales inciden directamente sobre los cultivos. También se ofrecen indicaciones sobre productos biológicos que disminuyen el uso de los químicos, y afectan menos al medio ambiente. 

Y es que de eso se trata, de aprovechar las bondades que nos proporciona la ciencia en pos de facilitar y garantizar la utilización equilibrada de los recursos naturales en armonía con el medio que nos rodea, lo cual contribuye en buena medida a revertir los daños que la propia naturaleza nos causa.

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