Diseñar y
ejecutar programas de ciencia e innovación tecnológica que contribuyan a
obtener producciones de caña de azúcar de mayor calidad a menor costo
constituye una premisa para los trabajadores de la Estación Experimental
de la Caña de
Azúcar (EPICA), perteneciente al municipio de Jovellanos, en Matanzas.
Desde su
fundación en 1947, el centro ha desarrollado investigaciones encaminadas a
obtener variedades de caña más resistentes y con mayor adaptabilidad, las
cuales en la actualidad superan las 98.
La EPICA, con un
alto potencial científico, brinda servicios a productores estatales y
particulares en pos de consolidar el rendimiento agrícola. El asesoramiento se
dirige a garantizar el empleo de fertilizantes eficientes según los tipos de
suelos y el control fitosanitario.
Además
implementan un sistema de extensión agrícola para el sector azucarero, todo
ello basado en la confección de paquetes tecnológicos con información
geográfica, que agiliza la toma de decisiones.
Según explica
Pedro Luis Cortegaza Ávila, director de la institución: “se trabaja en la
evaluación de la maduración de la caña, y se labora también en el desarrollo de
la agricultura de precisión en el central Jesús Rabí, de Calimete, donde se
desarrollan acciones que han elevado el rendimiento agrícola con la entrada de
nuevas tecnologías y la capacitación a los productores”.
Asegura
además que la provincia, poseedora de una vasta tradición azucarera, es líder
en la producción de caña y el rendimiento agrícola, no mostrando los mismos
resultados en el industrial.
La entidad
posee el quinto banco de germoplasma a nivel mundial, con 3 mil 400 genotipos,
ubicado solamente por detrás de la
India, Estados Unidos, Brasil e Islas Fiji y constituye el único
laboratorio de la Red
del Instituto de Investigaciones para la Caña de Azúcar para el diseño y desarrollo de
estudios en el campo científico.
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