sábado, 7 de diciembre de 2013

Silvio: ráfagas de poesía en La Marina



En La Marina, barrio de la ciudad de Matanzas esta mañana amaneció diferente, el ajetreo cotidiano que envuelve a sus habitantes quedó opacado por el ir y venir de quienes armaban la tarima, los ensayos matutinos y la expectativa de ver cantar a un grande de la música cubana: Silvio Rodríguez.
Como estaba pronosticado el concierto comenzó sobre las seis de la tarde. Desde ese momento ráfagas de poesía se esparcieron. Una dosis de amor, en su justa medida, ofreció el cantautor a los yumurinos que acudieron hasta la periferia para escuchar sus canciones.
Esta vez el rencuentro con los emblemáticos Muñequitos de Matanzas supo a rumba. En el mismo corazón de la legendaria Marina, frente al Bar del Gallo, donde en 1952 nació la agrupación, revivieron sus raíces, como digno homenaje a la fuerte tradición africana arraigada en sus habitantes.
Cerca de las márgenes del río Yumurí, el autor del Unicornio Azul y Ojalá, compartió el escenario además con el joven trovador matancero Rey Montalvo y el dúo Lien y Rey.
Desde Versalles, Pueblo Nuevo, el Naranjal, las alturas de Simpson o desde el mismo corazón de La Marina acudieron varias generaciones de matanceros, que crecieron, se enamoraron o lloraron sus penas bajo la influencia del repertorio de Silvio. En una extraña mezcla de trova y rumba danzaron fundidas por la exclusividad del momento.
La Oficina Ojalá, con la colaboración de la Editorial Pablo de la Torriente Brau y el Instituto Cubano del Libro entregó una donación de libros a la escuela primaria República de Costa Rica.
Hasta los barrios menos beneficiados social y culturalmente, llegó la música de Silvio, como parte de su proyecto de giras por esos sitios. Con este concierto culmina su estancia en La Atenas de Cuba, luego de haberse presentado en la tarde de ayer en el barrio de Indaya.

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