Hoy 8 de junio se celebra en el Planeta el
Día Mundial de los Océanos, fecha que quedó instituida desde 1994 cuando entró
en vigor la Ley para los Océanos, a partir de la Convención de las Naciones Unidas.
Desde entonces se estableció que los
fondos marinos y oceánicos, más allá de los límites de la jurisdicción
nacional, son patrimonio común de la humanidad, por lo que todos los habitantes
del orbe tienen derecho a utilizarlos y obligación de protegerlos.
La legislación además, decreta el marco
jurídico global regulador de las actividades que se realizan en ellos y las
responsabilidades de los diferentes Estados sobre este recurso natural.
Los océanos cubren dos terceras partes de la
superficie de la Tierra y constituyen el hábitat de una extensa variedad de plantas y animales.
También son fuente de alimentación, energía y múltiples recursos para los seres
humanos.
Proporcionan de igual
forma alimento a más de tres mil millones y medio de personas. Más del 30 por ciento de la producción
mundial de petróleo proviene de los océanos y que por ellos se garantiza el
empleo de 150 millones de personas aproximadamente en labores de acuicultura y
del sector pesquero.
En Cuba
constituyen una fuente vital de ingresos al país. El turismo de Sol y
Playa resulta uno de los principales destinos turísticos del mundo, específicamente
el balneario Varadero.
Hoy a nivel mundial es
necesario continuar trabajando en el control de la pesca excesiva, la
contaminación y el desmedido crecimiento urbano costero que devienen amenazas
latentes para su buena salud, de origen humano.
En Matanzas se labora en mitigar
los efectos del cambio climático en las zonas costeras, ecosistemas más
vulnerables ante este proceso, a través del desarrollo de una cultura ambiental
responsable que incluya a la comunidad e instituciones docentes, actividad que
promueve la Junta
de Manejo Integrado Costero del municipio.
Las actividades ponen énfasis en dos
direcciones principales: el fortalecimiento
de la educación y cultura ambiental y el trabajo sistemático con la comunidad.
“Perfeccionar la labor educativa en las
escuelas y proporcionar las herramientas a los estudiantes para que posean los
conocimientos básicos que aseguren la protección de las aguas resulta
fundamental. También trabajar en el ámbito empresarial, donde existe mucha
inestabilidad, falta de exigencia, desconocimiento y no se estudian los
problemas de contaminación desde la prevención es prioritario”, explicó a Girón Justino Baró Isasi, coordinador
de la Junta de
Manejo Integrado Costero.
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