miércoles, 4 de junio de 2014

Entre rejas la alegría de vivir otro año más




Como en los tres últimos lustros Adriana sentirá que la nostalgia hoy es más profunda, más cruel… Quizás extrañará más el beso, los buenos días, la felicitación, los mimos, el cariño. Tal vez añorará el deseo de despertar en sus brazos, de decirle te quiero o tan solo mirar en sus ojos el feliz amanecer.

Adriana tiene a Gerardo lejos, aunque una extraña cercanía siempre los ha mantenido unidos, allende los mares. El deseo no merma con el paso del tiempo y ahora que su héroe se acerca al medio siglo de vida su pecho latirá más fuerte.
Hoy es 4 de junio y Gerardo Hernández Nordelo arriba a sus 49 años en las frías celdas de una prisión, como tantas otras veces ya lo ha hecho, aislado del calor de su familia, amigos y las expresiones de afecto de su pueblo que lo acoge como a un hijo.
Así lo dispuso el Norte revuelto y brutal; así lo dictaminó un sistema judicial en decadencia, que sin las pruebas legales elementales amañó el proceso y castigó al antiterrorista con dos cadenas perpetuas, como si pudiera enclaustrarse a la dignidad sin argumentos.
Otra vez, como en tantas oportunidades el gobierno norteamericano se las ha ingeniado para plagar de infamias el caso de los Cinco.
Pero él tiene la estirpe del héroe grande, ejemplo de rebeldía y patriotismo, resistencia y combate, que ha mantenido firme sus ideales e intacta su valentía, en la pelea contra la soledad, campañas mediáticas amarillistas y la hostilidad de vivir en las propias entrañas del monstruo.
Ni la lejanía, ni la reclusión han resquebrajado su espíritu, lo han fraguado y convertido en símbolo de lucha y lealtad.
Una vez más hasta la helada celda llegarán las cálidas muestras  de solidaridad emitidas desde la Mayor de las Antillas. Camufladas en cartas, poemas, dibujos, aparecerán los mensajes de amor y solidaridad de todo un pueblo que no cejará en su lucha hasta verlos regresar. 


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