Las acciones iniciadas en 1993
influyen de forma positiva entre los habitantes de estas zonas, quienes han
desarrollado prácticas económicas sostenibles, junto a empresas y organismos
responsables del manejo integrado costero y el cuidado de la biodiversidad.
Con apoyo del Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y del Fondo para el Medio Ambiente
Mundial (GEF), el Proyecto se extiende hasta 2014, por lo que según explican
especialistas de la Unidad
de Medio Ambiente en Matanzas, constituye un reto mantener los logros
alcanzados en materia de conservación, aunque se ha ganado en la conformación
de las estructuras, mecanismos y modos de proceder.
Además, informaron que resta por
lograr una mayor organización y diversificación del turismo de naturaleza, más
allá de los destinos de Sol y Playa, atendiendo a los recursos naturales y
biológicos.
Según explicó Ángel Alfonso,
director de la unidad de Medio Ambiente del CITMA en la provincia, el Proyecto ha
brindado las herramientas a las instituciones turísticas para el trabajo en
este ecosistema y ha fortalecido además, el trabajo en las áreas
protegidas.
Forman parte de este corredor biológico en la
provincia de Matanzas, el paisaje natural protegido Varahicaco y los refugios de fauna Cayo de las Cinco Leguas y Cayo
Mono-Galindo, los cuales sobresalen por sus arrecifes de coral
y grandes extensiones de pastos marinos.
El archipiélago Sabana-Camagüey está
conformado por alrededor de 1000 islas y cayos y es el más extenso de Cuba, con
465 kilómetros de longitud, entre la Península de Hicacos, en Varadero, Matanzas, y la
punta de Maternillo, en Nuevitas, Camagüey.
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