miércoles, 29 de enero de 2014

Un despertar para la América


Sueños, deseos de progresos, igualdad y prosperidad económica han sido por siglos  anhelos de los pueblos latinoamericanos, que hoy tras un renacer político evidenciado en cambios y transformaciones sociales a lo largo del continente, vuelven a confiar en un futuro más próspero.
Una época fecunda se tiende sobre la Patria Grande. Desde el Río Bravo hasta la Patagonia se mueve la América toda. De ataduras colonialistas se liberan nuestros pueblos, guiados por los nuevos aires de lucha contra la pobreza y la desigualdad.

Hoy se rebelan los sueños de Bolívar y Martí, como motor impulsor de cientos de planes de colaboración dirigidos a garantizar el crecimiento económico de la región con equidad y justicia social. Factores que a corto plazo permitan alcanzar y mantener un desarrollo sostenible que afiancen la posición internacional del continente, en aras de que sean respetados y promovidos los intereses lationoamericanos.
Desterrar el hambre y la incultura, acentuar las bases para eliminar la dependencia económica de los sistemas mundiales, hacer de la cooperación y la solidaridad entre los países de la zona una premisa constituyen una constante para los líderes aquí reunidos.
Trazar definitivamente la ruta a seguir por las 33 naciones que conforman la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) deviene el principal reto de esta II Cumbre.
Grandes resultan las expectativas creadas en el continente tras esta Cumbre y más aún las generadas a escala mundial. El compromiso es infinito, eliminar el servilismo y la dependencia y avanzar en la unidad. Ya lo decía el presidente ecuatoriano Rafael Correa, en su intervención de ayer: “Nuestra América tiene que sacudirse de todo neocolonialismo…Tenemos un arma: la verdad… Los dobles estándares cunden por doquier: la única forma de protegernos del orden mundial tan injusto, es la integración.”


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